LA IDENTIDAD SEGÚN BAUMAN

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“La identidad de una persona consiste en la coherencia entre lo que es y lo que piensa”

Charles Sanders Peirce

Al comienzo de nuestra vida, cuando logramos tener conciencia del entorno, muchas veces nos sentimos arraigados al seguir un ideal efímero de lo que nos rodea, y en la búsqueda de responder las preguntas ¿Quién soy? o ¿Quién debo ser realmente?, caemos lentamente dentro de un laberinto de espejos, en donde vivimos buscando nuestro eterno e inalcanzable reflejo a través de esa búsqueda que nos define e identifica. Según la Real Academia de la lengua, el termino de identidad surge a razón de la palabra de origen latino “identitas”, cuyo significado es “lo mismo o parecido a algo más”; es utilizado para nombrar al conjunto de rasgos o características propias de un sujeto o de una comunidad, logrando de esta manera poder diferenciarlos los unos de los otros. Pero surge la controversia por generalizar dicho concepto enfocándose únicamente a las características de un conjunto de personas en contraposición a lo que representa un solo individuo.

Fotografia-Lauro Mora

Zygmunt Bauman  manifiesta su pensamiento sobre la modernidad en su libro “Identidad”. A través de un largo estudio sobre los distintos cambios del comportamiento humano (El miedo, la inseguridad  y la incertidumbre de todo aquello a lo que estamos destinados a ser e intentar, una y otra vez y siempre de forma inconclusa) logró demostrar la relación que existe entre el individuo y la sociedad, así como el proceso que sigue para  lograr integrarse cada vez más a una entidad global y dejar de poseer una identidad fija e individual, logrando de este modo una entidad más moldeable y voluble ante la imposición social.

“Las identidades son semejantes a una costra volcánica que se endurece, vuelve a fundirse y cambia constantemente de forma” (Zigmunt Bauman, 2005)-

Bauman plantea que estas capas suelen ser estables a simple vista desde su exterior, pero que al ser vistas desde dentro se descubre  fragilidad y el desgarre constante entre sus capas.

En la actualidad fijamos la forma de nuestra convivencia con nuestro entorno, usando un conjunto de máscaras que reinterpretan nuestras acciones, ¿pero al final quiénes somos realmente?. Al parecer solo nos encontramos dentro de un escenario teatral cuyo tiempo es indeterminable ante un telón que jamás piensa descender.

Hemos buscado siempre el sentido de la pertenencia e integración a un grupo colectivo, llámese comunidad o llámese nación, originándose la problemática en donde se crea un monopolio de las identidades siendo esto un precursor de muchas de las guerras y conflictos políticos en la sociedad.

Fotografia- Hannah Wei

Según las investigaciones hechas por Zigmunt Bauman, se dice que hubo un tiempo en donde no existía ni la noción del concepto de identidad ni la identidad misma como un problema, donde la mayoría de personas interactuaban en diminutos grupos sociales estando más relacionado a un grupo familiar donde transcurría la vida entera de todas las personas. En consecuencia, el lugar que cada persona ocupaba dentro del grupo y cada acción que tomara era demasiado evidente, consecutivo, monótono y habitual, por lo que no era necesario realmente reflexionar sobre la independencia individual dentro de dichos grupos sociales. Con el tiempo las ambiciones de poder y el control de los territorios ha logrado esa lenta desintegración de las entidades globales provocando conflictos sobre todo por la difamación de la forma de pensar sobre la supremacía étnica de la identidad social que existe entre diferentes países.

Dos de las frases que más han hecho resonar en este nuevo siglo XXI son primero la de Blaise Pascal, escritor francés del siglo XVII, que nos dice claramente “SI no actúas como piensas vas a terminar pensando como actúas” y la segunda propuesta por Noam Chomsky, filósofo y lingüista estadounidense del siglo IXX,“ Los medios de masas de verdad intentan básicamente distraer a la gente”; estas dos frases tienden a entrelazarse y converger entre ellas porque, por una gran parte buscamos esta aceptación social (el grupo) y nos olvidamos de quiénes somos realmente, ya que solo nos asemejamos al mismo grupo colectivo al cual nos estamos integrando. Los individuos siempre buscan desesperadamente un nosotros en esta vida, esto tiende a ser una condición precaria e incompleta de lo que nos identifica, es ahí en donde la diferencia de otras personas permute al desvanecerse en el olvido de lo que alguna vez fue.

Cómo dilucidar el pensamiento de ¿Qué lograre en esta vida?, sólo cobrara sentido cuando se crea que se puede ser alguien diferente a lo que se es, pero al final qué se tiene que hacer para lograr identificar si alguien es real o solo un reflejo de alguien más, ¿Vivimos para nosotros mismos o vivimos para alguien más?

Mario Morales

 

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