Asuetos sin planeación, sorpresivos y caprichosos
Cuando pensamos en lo que hace valiosa a una nación inmediatamente nos viene a la mente su gente y cultura, pues es bien sabido que la mayor riqueza de una sociedad radica en su cultura; es en sus tradiciones, arte, creencias, rituales y costumbres, donde radica su grandeza, sin estos elementos, las sociedades estarían vacías, sin historia ni rumbo, simplemente no seriamos. Son sus matices lo que le da sentido y ritmo a la dinámica social, son fuente para reforzar la identidad y el arraigo contra el deambular colectivo; estas referencias nos permiten entender quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos, por ello es que debe protegerse con ahínco. Los mexicanos somos inmensamente ricos en este aspecto, sus colores, sonidos y sabores, cautivan a cualquiera y debemos proteger esto que nos hacer ser quienes somos, nuestra cultura.
En este ánimo es que la Secretaria de Educación del Estado acordó con las autoridades sindicales, intercambiar el día feriado del 2 de noviembre por el 3, para extender el descanso y contribuir a perdurar las tradiciones mexicanas, menciona el comunicado; otros estados de la Republica optaron por tomar ambos días de asueto para destinarlos a la celebración del Día de Muertos, es decir, para recordar los momentos que marcaron la vida, sin que la misma muerte haya podido desvanecerlos y mostrar agradecimiento a esos seres queridos que ya no se encuentran físicamente, pero de alguna forma siguen vivos.
Lo que resulta inquietante en este repentino cambio es la falta de planeación, que suena a capricho o improvisación, pues si bien hay elementos que no es posible prever, existen otros que deben considerarse al momento de la elaboración del calendario escolar, como son las festividades y con ello los días feriados y puentes; el criterio que utilizan las autoridades se torna cuestionable con este tipo de acciones, retomemos otras celebraciones de este ciclo escolar: la fiesta de independencia no tuvo día feriado, pues el 16 de septiembre fue sábado y este no se recorre, sin embargo, la Revolución Mexicana se considera como día de descanso obligatorio el tercer lunes del mes sin importar el día de la semana que sea 20; las facilidades que se otorgan para la celebración de cada fiesta, fomenta una ideología y una percepción en la trascendencia de las tradiciones y acontecimientos históricos.
Otro aspecto fundamental es el impacto económico del calendario escolar, pues hablamos de al menos 100 millones de mexicanos sujetos a él, cuyo consumo y actividades son determinados por este; los puentes generan una gran derrama económica, trabajos temporales y mayor consumo de servicios; de alguna forma, la cultura se convierte en una actividad económica también y esta influencia parece dejar a la educación en segundo plano.
Independientemente del motivo para el abrupto cambio, es importante que las decisiones de las autoridades en todos los ámbitos, brinden certeza y confianza, no improvisaciones sujetas a intereses ajenos al de los mexicanos y en este caso, al de la educación y cultura.